‘La canción’ no es sólo la historia de cómo se gestó la victoria de Massiel en Eurovisión. Es también una historia de aquella España que empezaba a llenarse de optimismo ante el fin de una etapa negra, y un homenaje a la televisión de entonces (ver su impecable aspecto visual, que imita al de la pequeña pantalla de la época, con esa fotografía amarillenta).
Combinando entretenimiento y emoción (ver la secuencia de las votaciones del festival), la miniserie nos adentra en las negociaciones y preparativos que dieron como resultado la primera victoria de España en el certamen musical, sin olvidar la controversia sobre Joan Manuel Serrat, el primer intérprete al que se le encargó la interpretación de «La, la, la», la llegada de Massiel, y las tensiones entre los ejecutivos corporativos y musicales de RTVE.
Además, ante la cámara están un Álex Brendemühl que nunca ha estado mejor que aquí, una Carolina Yuste que demuestra una vez más que no hay personaje ni género que se le resista (ver cuando pregunta, en el coche, si la canción que ha de cantar es bonita) y, sobre todo, un Patrick Criado extraordinario. Poco queda ya de aquel niño que comenzó a fascinar en la piel de Nuño de Santillana en Águila Roja, y que se ha convertido en un actor absolutamente brillante, que a día de hoy no parece tener techo y que desborda carisma y talento por cada poro.
Emotiva, llena de carisma y con una factura impecable.
Lo mejor: Su aspecto visual, su brillantez narrativa, y las interpretaciones de Criado, Brendemühl y Yuste.
Lo peor: Da la impresión de que podría haber dado aún más de sí.
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