ENTREVISTA | Oier Sola: «Si quieres prevalecer en esta profesión, hay que ser optimista y saber crearse oportunidades»

Oier Sola (Bilbao, 1993) interpreta en ‘Romi’ a Telmo, un empresario que es secuestrado y a quien ha de encontrar la detective protagonista, y también a Luis en la próxima ‘Innato’, la ficción de Plano a Plano que protagonizan Elena Anaya e Imanol Arias. En esta entrevista, el intérprete vasco nos repasa su trayectoria, poniendo especial énfasis en sus apariciones en diferentes ficciones, y nos comenta los proyectos propios que se encuentra desarrollando.

¿Cómo decides empezar en el mundo de la actuación?

La verdad es que no tengo una respuesta fascinante para esta pregunta. Siempre me digo a mí mismo que me la tengo que preparar (risas). Yo estudié Ingeniería, y durante años trabajé en una empresa eléctrica. Era uno de estos ejecutivos con traje, siempre colgados del móvil, por el distrito financiero de Madrid, hasta que un día me pregunté: ¿es esto lo que quiero hacer durante el resto de mi vida? No tengo a nadie cercano que se dedique a esto, ni mi sueño ha sido nunca hacer esto. No me gusta mucho la palabra “sueño” para describir esta vocación, porque al final es una palabra, y yo soy mucho de hacer, más que de decir o soñar. Así que en ese momento, pensé que se me podía dar bien esta profesión. Siempre he tenido facilidad para hablar en público, exponer un trabajo en clase, etc, así que quizás podamos tirar también de ese hilo para explicarlo. Decidí probar, y me gustaba la idea de ir a Los Angeles, que es un lugar que me interesaba mucho, por esa imagen que nos han vendido de Hollywood, y también porque me interesan mucho el culturismo y el deporte. Por desgracia era inviable, por los visados y la parte económica, así que decidí probar en Londres.

Oier Sola en una imagen de su trabajo «Insomnnia»

Sí, has hecho una amplia formación en Londres, y también aquí en Madrid con diferentes maestros. Háblanos de ello.

Para empezar, debo decir que considero que la formación es muy importante. Siempre hay que continuar formándose, trabajes o no trabajes, para mantenerse activo. Lo que sí creo es que no es imprescindible tener una licenciatura en Arte Dramático, pero hay muchísima formación en diferentes disciplinas que se puede hacer y que es muy importante adquirir. Yo lo comparo un poco con el deporte, o el culturismo: igual que vas al gimnasio para entrenar el cuerpo, un actor ha de formarse continuamente para ejercitar ese “músculo” del actor, su técnica. Es vital.

La estancia en Londres fue dura, porque claro, uno llega allí el primer día de clase y se cree Robert De Niro (risas). Piensas que va a ser muy fácil, y obviamente no lo es para nada. Actuar es muy complicado, y en otro idioma, mucho más. Además, a la vez que estudiaba, tuve que trabajar de lo que fuera: azafato en eventos, mayordomo, camarero, guía turístico… por suerte, pude empezar también a trabajar de extra, que es un trabajo que, en Inglaterra, se paga mucho mejor que aquí. Estuve en los rodajes de Bohemian Rhapsody, El hilo invisible… fue muy interesante, porque aprendes como funciona un set, y te empapas de todo lo que ves allí. Además, fíjate, pude ver cómo trabaja Daniel Day-Lewis, el protagonista de El hilo invisible,  que es uno de mis actores favoritos. Por supuesto, fue una etapa difícil, al estar en otro país, pero poco a poco pude empezar a emplear dinero en formarme. Y efectivamente, hice muchísimas cosas: cursos de clown, stand up comedy, improvisación, audiovisual, teatro, verso, acentos, un monográfico de Shakespeare, con ese inglés del siglo XVI, que hice en la Royal Academy of Dramatic Arts… todo era bienvenido y todo lo aproveché, porque hay que aprender de todo y hay que tener esa iniciativa, para estar preparado para cualquier momento y cualquier personaje.

Aquí en Madrid he hecho formación con un coach, Javier Luna, profesor de AZArte, y también varios cursos de interpretación, con directores de casting como Rosa Estévez, o Álvaro Haro, con quien estoy formándome ahora, que es un gran maestro y sabe dirigir muy bien a los intérpretes.

Oier Sola en una imagen del corto «Seguridad» (https://vimeo.com/899510478)

Uno de tus trabajos en audiovisual fue Machos Alfa, de Netflix. ¿Cómo fue esta experiencia, y cómo crees que las plataformas han cambiado el panorama de la ficción española?

Hice un curso con Rosa Estévez, una gran directora de cásting, y me propuso hacer la prueba para Machos Alfa. Yo encajaba muy bien en ese personaje y ese tono de comedia, e interpretaba a un zoquete que ha perdido los puntos del carné y debe ir a la autoescuela para recuperarlos, muy en la línea de la serie. Fue una muy buena experiencia, y es el tipo de oportunidad que vienen muy bien a un actor, porque dan mucho juego y libertad. A mí me encanta hacer ficción, es lo que todos los actores queremos, así que yo encantado.

Respecto a las plataformas, yo estoy a favor, porque creo que han abierto muchísimas puertas y ofrecen multitud de oportunidades a los intérpretes, ya que se hace más ficción que nunca. Antes, los actores y las actrices no tenían tantas oportunidades. Ahora, puedes grabar tu propio material en casa y prepararte mucho más. Esta idea de que “cualquier pasado fue mejor”… no sé. Yo creo que no. Hemos avanzado muchísimo en general, en derechos, en igualdad, en oportunidades. Y en la interpretación pasa lo mismo. Con un teléfono, y a través de las redes sociales, podemos llegar a muchísima gente, y podemos grabar cortos, escenas, o todo tipo de material. Entonces, creo que todo lo que proporcione oportunidades y que, además, “obligue” al actor a profesionalizarse cada vez más, me parece bien. Eso, a la misma vez, es una desventaja también, porque la presión es mayor, la exigencia también, y tienes que ofrecer una calidad máxima.

Otro de tus trabajos es Romi. ¿Cómo es tu personaje en esta serie, y cómo valoras la ficción que se está haciendo actualmente en País Vasco?

Sí, se están haciendo muchísimas cosas, y creo que ha sido un acierto “copiar”, en cierto modo, el modelo que se está siguiendo en Canarias, por ejemplo, para atraer muchos rodajes. El País Vasco tiene mucho que ofrecer, y es un plató natural impresionante, por lo que es muy positivo que se ofrezcan tantas ventajas que atraigan muchos rodajes. Eso es algo que hay que potenciar, porque en España tenemos muchísimo que aportar como plató para multitud de producciones, como demostró Juego de Tronos, que además puso en el mapa San Juan de Gaztelugatxe. Es una pena, porque en general en España nos vendemos muy mal, pese a todo lo que tenemos para ofrecer en muchísimos ámbitos. Eso, el marketing, lo hacen mucho mejor en otros países. Pero sí, es fantástico que se hagan tantas producciones en Euskadi, y se de trabajo a los equipos y buenísimos profesionales que hay allí.

En Romi, interpreto a Telmo, que es un empresario vasco muy pijo, dueño de una fábrica papelera, que es secuestrado, y la protagonista tiene que encontrarlo.

Próximamente, también te veremos en las series Olimpia (dirigida por Gracia Querejeta, Violeta Salma y Claudia Pedraza) e Innato. Háblanos sobre estos trabajos.

En Olimpia tengo justo el rol contrario al de Romi. Interpreto a un chico de barrio, miembro de una banda, y ayuda a la protagonista a meter la droga en los bajos de los coches. Es una historia real de una narcotraficante española que fue considerada un poco como la Pablo Escobar de aquí, y va a ser muy interesante.

En Innato, que también está basada en una historia real, interpreto a Luis, uno de los amantes de la protagonista, Sara, a quien interpretan Elena Anaya y Joana Vilapuig, en diferentes momentos de su vida. Es un personaje con un arco importante dentro de la historia, porque sirve como catalizador de muchas de las cosas que le ocurren a la protagonista, y cómo ella gestiona el trauma de su pasado y sus relaciones laborales y personales a través de excesos (alcohol, drogas, sexo, etc), y mi personaje tiene un gran protagonismo en esos cambios. Ha sido un trabajo muy interesante, el primero que he hecho de este tipo, y estoy muy satisfecho.

Oier Sola en el corto «No hay papeles pequeños»
(https://vimeo.com/715255702)

Has trabajado también en doblaje y ficción sonora. ¿Cómo valoras esta faceta, y cómo se va a convivir con la inteligencia artificial en este campo interpretativo?

El doblaje es un trabajo muy importante, y además es interpretación, por supuesto. Es bueno que se diga “actor de doblaje”, y no “doblador”, porque hay que comprender al personaje, transmitir sus emociones, y además te apoyas mucho en el cuerpo y el movimiento. Es un trabajo más que he hecho, y me encanta. Yo estoy encantado de hacer trabajos que impliquen utilizar mi voz, también por lo que te decía antes, por estar preparado y continuar formándome.

Respecto a la inteligencia artificial, es verdad que es preocupante. Creo que muchas profesiones pueden estar en peligro, no sólo la interpretación. El teatro, por ejemplo, sí que creo que es algo que va a perdurar siempre, porque hay algo catártico en ello, y creo que siempre vamos a querer mirar a unos actores a los ojos y sentir que nos cuenten una historia. Pero sí que es verdad que, respecto al doblaje, resulta preocupante, sí. Por ejemplo, un efecto que ya ha provocado la IA es que los trabajos profesionales de doblaje se pagan mucho peor. Pero quiero creer que la profesión, a través de la actividad sindical, se va a mover para que se empiecen a firmar cláusulas en los contratos que impliquen que no se pueda utilizar nuestra voz y nuestra imagen para alimentar a la IA. Igual que ocurrió con la huelga en Hollywood en 2023, encabezada por SAG-AFTRA, que paralizó todas las producciones. Tenemos que ser más combativos y movernos más para defender nuestro trabajo. Así que resulta preocupante, desde luego, pero quiero confiar en que vamos a saber convivir con esta tecnología.

También desarrollas tus propios proyectos. ¿Nos puedes contar más sobre ello?

Como decía antes, yo tengo la filosofía de que, como actor, tengo que moverme constantemente, estar lo más preparado posible y hacer que me vean. Puedo hacer mucha publicidad, eventos o trabajos de ficción, pero siempre estoy buscando oportunidades y soy optimista. No sirve de mucho quejarse, por mucho que sea verdad lo que decimos, pero al final, ¿de qué sirve hacerse la víctima? La industria es como es, y por eso se llama industria del entretenimiento. No es una cooperativa, ni una ONG. Es una industria, con oferta y demanda, y es un mundo duro. Eso hay que entenderlo lo antes posible. Por eso decía al principio que “soñar” con ser actor no sirve de nada si no lo intentas, si no haces cosas, si no te formas, si no trabajas en tu propio material. Si no te llegan oportunidades, ¿te las estás creando tú? Son preguntas que todos los actores debemos hacernos, en mi opinión. Por ejemplo, no por ser muy bueno en redes sociales vas a ser buen actor, pero si eres buen actor y además cuidas tus redes sociales, tu web, tu aspecto, tu técnica… el alcance es mucho mayor y te proporciona muchas más oportunidades.

Entonces, por ejemplo, acabo de rodar un piloto de un proyecto que hemos presentado a Netflix, que se llama Cebras, y lo vamos a estrenar el 8 de junio. Me interesa mucho también tocar todo el tema del “incel”, la “machosfera”, y también he hecho algunos castings relacionados con este tema, que me parece muy interesante, y haré algún material relacionado con ello. Además, es algo habitual en ejemplos de éxito: Amenábar, Álex de la Iglesia, Sorogoyen… todos han comenzado grabando sus proyectos con su equipo de confianza, con cámaras de andar por casa, y todos se han sacado las castañas del fuego. Obviamente, cuando produces tus propios proyectos, tienes que estar pendiente de muchas cosas: el sonido, el vestuario, el montaje… hay mil fuegos que apagar. Ser sólo actor es mucho más sencillo, pero hay que ser humilde y darse cuenta de que eres una pieza muy pequeña de un proyecto, y cuando te pones al frente de algo así, aprendes muchísimo. Son cosas que hacemos entre colegas, entre compañeros, y esa es la filosofía: si quieres prevalecer en esta profesión, hay que saber crearse trabajos y oportunidades. Estoy firmemente convencido de ello.

Oier Sola

A modo de conclusión, y en referencia a lo que has comentado previamente sobre el teatro y la catarsis que representa, ¿crees que la cultura es más necesaria que nunca, en el momento que vivimos?

Sí, lo es. Es más necesaria que nunca. Las personas ya no interactuamos entre nosotros. En Estados Unidos, por ejemplo, la media de amistades de cada persona es tres. Sólo tres amistades, tres relaciones sociales. Hay quien acude a la IA, como decíamos antes, para saber cómo hablar con su jefe, cómo recuperarse de una ruptura, en vez de acudir a un psicólogo u otra persona. Creo que la soledad es la verdadera pandemia. Entonces, sí, creo que el entretenimiento en vivo, el teatro, todo lo que nos conecte como seres humanos, que nos haga mirarnos a los ojos, es imprescindible y creo que va a sobrevivir siempre, porque necesitamos esa conexión y esa catarsis. Incluso en el cine ocurre. Cuando vemos una comedia en el cine, nos reímos mucho más que si la vemos solos en casa, porque nos contagiamos de esa emoción colectiva. Y en el teatro, siempre vamos a querer sentarnos a que nos cuenten historias, grandes clásicos como La Celestina o La casa de Bernarda Alba. Eso no va a morir nunca. En el audiovisual ya lo veremos, como hablábamos antes. Yo quiero creer que habrá nuevas regulaciones y se protegerá la profesión, pero esa conexión colectiva del espectáculo en vivo siempre va a estar ahí.


Descubre más desde Mucho más que series

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Zeen Subscribe
A customizable subscription slide-in box to promote your newsletter
[mc4wp_form id="314"]