Ibrahim Al Shami (Sevilla, 1995) interpreta a Adriano García en La Promesa, yerno del Marqués (Manuel Regueiro) y marido de Catalina (Carmen Asecas).
En esta entrevista, el intérprete nos habla de los difíciles momentos que vive su personaje en la serie diaria de RTVE y Bambú Producciones y comenta detalles de su trabajo y del éxito de la ficción.
¿Cómo valoras este momento actual en tu carrera como intérprete?
Considero que estoy en un gran momento, profesional, personal y sobre todo mental. Creo que toda esta etapa más personal ha contaminado de una forma muy positiva mi carrera.
Es un momento de madurez en el que no tengo miedo a nada, y estoy abierto a todo el trabajo del mundo. Hago lo que me apetece porque me siento feliz.
La Promesa es un auténtico fenómeno de audiencia y aceptación por parte del público. ¿Cuál crees que es la razón de su éxito?
A favor de mis compañeros y compañeras de elenco, soy consciente de todo el trabajo que desempeñan en la escena y antes de esta. Un trabajo envidiable y común con todos los departamentos de esta maravillosa serie, que enriquece las tardes de TVE. Un trabajo de guion que hace crecer las tramas y, por ende, los personajes interpretados.

La serie diaria ha experimentado, en muy poco tiempo, una explosión de calidad, de cara a competir con todas las ficciones de plataformas. ¿Crees que, al ser el público más exigente, se ve atraído por La Promesa precisamente por eso, porque puede competir perfectamente con cualquier producción?
¡Por supuesto que sí! Pienso que las series diarias de hoy día son el prime time de la televisión actual.
Vemos a Adriano, tu personaje, en un momento muy complicado, personal, familiar y emocionalmente. ¿Cómo has trabajado estas tramas? ¿Cómo ha sido ese trabajo también con Carmen Asecas, tu compañera?
El trabajo es diario, el conflicto es diario, las tormentas y alegrías por las que pasa mi personaje son como la vida misma. Ratos buenos y no tan buenos. Simplemente, me dejo llevar y trato de no pensar, pero introduciendo lo que debo hacer y lanzándome a ello.
Carmen es una gran compañera y ha sido muy fácil trabajar con ella.
El recorrido de Adriano en la serie ha sido extraordinario: de jornalero a yerno del marqués, con salida y regreso incluidos. Suponemos que, como actor, es un regalo poder dar vida a un personaje con un arco tan bonito y complejo.
Sí. Mi personaje, Adriano, ha pasado por muchos momentos, y es muy enriquecedor para mí, tanto como intérprete como desde el punto de vista del guion. Me llega mucho cariño y comprensión desde los espectadores y espectadoras, que se sienten muy dentro de la historia del personaje.

¿Cómo recibes el cariño del público? La recepción de la serie y de los personajes es excelente.
Es maravilloso. Sobre todo, es también muy enriquecedor. En Andalucía, se sienten identificados con Adriano, no solo por su antigua profesión de labrador, de alguien que ama el campo y la sencillez de esta vida tan sacrificada. Su acento le hace especial, y localiza muy bien una tierra de gente trabajadora.
¿Qué nos puedes adelantar sobre qué va a continuar experimentando Adriano?
Nuevas aventuras y enredos darán comienzo en breve.

En el momento en que está el mundo, ¿son más necesarias que nunca la cultura y la ficción, no sólo para entretener, sino también para generar acercamiento y empatía entre las personas?
Por supuesto. La cultura nos hace tener una visión, opinión, empatía, y sobre todo entender el mundo que nos rodea. Es necesario para crear una opinión propia y no un discurso de terceras personas que hablan según sus intereses.
¿En qué próximos proyectos podremos verte próximamente?
Por el momento, La Promesa sigue siendo mi casa. Pero siempre hay movimientos.
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