Irene Rojo (Madrid, 1996) interpreta a Sofía en La Agencia (Telecinco / Mediaset), la recepcionista de la agencia de representación artística Rebecca Talent.
En esta entrevista, la intérprete madrileña nos habla de su personaje en la comedia que emite Telecinco los miércoles y comenta detalles de sus próximos proyectos (El cuco de cristal, 14 de noviembre, en Netflix) y de su trayectoria y formación.
¿Cómo das tus primeros pasos en el mundo de la interpretación?
Desde pequeña siempre me ha gustado hacer el payaso: me encantaba disfrazarme, y me encanta reír y que se rían conmigo. Entonces, siempre hubo algo ahí que tiraba de mí hacia este mundo. Además, el cine siempre ha estado muy presente en mi vida, porque mi madre es muy, muy cinéfila, y me lo inculcó desde niña.
Por otro lado, yo empecé en la gimnasia rítmica con ocho años, y participé en muchas competiciones hasta que tuve que retirarme por una lesión. Al dejar la competición, sentía que quería seguir experimentando esa sensación de estar delante de un público, de unos jueces, ese minuto de gloria mientras haces tu ejercicio, y me di cuenta de que la interpretación me aportaba también esa sensación. Estudié danza, y ya con 17 o 18 años me puse en serio a estudiar interpretación. He sido entrenadora también de gimnasia, que fue mi primer trabajo, y lo tuve que dejar definitivamente cuando hice Estoy vivo.
¿Crees que ese pasado en la gimnasia rítmica y la competición te han ayudado como actriz?
Sin duda alguna. Como persona, también. Yo no sería la persona que soy hoy si no hubiera estado tantos años en la gimnasia rítmica, con ese régimen de entrenamientos y esfuerzo. Además, esa disciplina que te dan el deporte y la competición son muy importantes para la vida de un actor o una actriz. Esta es una profesión muy difícil, muy inestable, y hay que ser perseverante.
Te has formado con grandes maestros, como Javier Luna, José Carlos Plaza o Claudio Tolcachir, entre muchos otros. ¿Cómo valoras esa formación?
Yo hice las pruebas para la RESAD, pero no me seleccionaron. Entonces, comencé a estudiar Educación Social en la Complutense. Iba a clase por la mañana, y por la tarde hacía cursos de interpretación, talleres… al final, encontré más útil, en mi caso, hacerlo así, poder formarme en cursos más cortos con esos maestros. Era la única manera, también, de compaginar la universidad con el trabajo de entrenadora de gimnasia rítmica y las cosas que me iban saliendo como actriz, “picotear” un poco de aquí y de allí.
Para mí, la formación es imprescindible para un intérprete. Esto es un oficio, que no se nos olvide, y estoy bastante harta del intrusismo laboral que sufrimos. Por tanto, creo que es esencial. Obviamente, hay docentes con los que encajamos más o menos, pero todo son herramientas con las que trabajar, y considero que es fundamental formarse siempre, y mantener esa formación en el tiempo. Nosotros trabajamos con el cuerpo, con la voz, y hay que mantener esa herramienta activa. Además, también doy clase, en la escuela On Set, que dirige Yaël Belicha, por lo que lo compruebo de primera mano con mis alumnos.

Acabas de estrenar La agencia, con una recepción muy buena por parte del público. ¿Qué reacción os está llegando a través de redes sociales?
Estamos muy contentos. ¡Ojalá siga creciendo la audiencia! (risas). Al público le está resultando muy entretenida, muy divertida. Creo que, más allá de ser una adaptación de Call my agent, es una serie con muchas tramas y muchos personajes que pueden enganchar a la audiencia.
¿Cómo llegas a La agencia?
Yo llevaba una temporada un poco negativa, sin trabajo, con muchos cástings que no salían, muchas decepciones… entonces llegó este cásting, y grabé un self tape con mi amigo Álex Pastrana. Él y yo siempre somos el dúo de cásting, porque trabajamos mucho juntos y nos ayudamos para grabar siempre las pruebas. Fue un día muy accidentado, porque a Álex se le olvidaron las llaves de casa (risas), y luego tenía otro compromiso, pero bueno, conseguimos grabar dos tomas y yo envié las dos, porque tenía muchísimas ganas de poder hacer esta serie. Y obtuve el “sí” justo cuando estaba a punto de empezar el curso en On Set, con mis chavales. Me llamaron mis representantes y me dijeron que estaba dentro. ¡No para hacer el cásting presencial! Ya estaba dentro, y fue un momento espectacular.
En un principio, iba a ser un personaje muy pequeñito, algo breve, pero luego ha ido creciendo muchísimo, por suerte. Estoy muy, muy contenta, y además la serie me encanta. Es un sueño.
¿Cómo es Sofía, tu personaje?
Sofía es la recepcionista de la agencia. Es un personaje muy divertido, y además me han dejado mucha libertad para darle vida. No tiene pelos en la lengua, no tiene filtro, y también es una tía muy currante. Se guía un poco por impulsos, también, porque ella es así, y van a pasar muchas cosas en la trama que no puedo contar, claro (risas). Además, al ser la recepcionista, al final todos los personajes tienen interacción con ella y tienen que recurrir a su trabajo, con lo que está un poco metida en todos los asuntos. Yo me lo he pasado muy bien interpretándola, y creo que el público se lo va a pasar muy bien con ella.
Tienes, además, un elenco maravilloso junto a ti, y un equipo brillante.
Sí, desde luego. No puedo más que estar agradecida, porque el trabajo con el equipo ha sido fantástico. No puedo decir nada malo de nadie, de verdad, porque todos los compañeros han sido un sueño. Con Olalla Hernández, Iñaki Mur y Denisse Peña, que interpretan a Noemí, Óscar y Laura, hice “match” desde el primer día. Son con los que más trama comparto, y han sido uno de esos regalos que te da esta profesión, una de esas perlas. Manuela Velasco es una pedazo de actriz y compañera, un referente. A Javier Gutiérrez ya lo conocía desde Estoy vivo, y es maravilloso. Con Juan Gea me he reído muchísimo, también, y lo echo mucho de menos ahora (risas). Ha sido increíble. El equipo técnico también lo ha puesto todo muy fácil, han trabajado muchísimo, y sólo tengo bonitas palabras para todos mis compañeros.
Siempre estaré agradecida a Dani Écija por haber creado esta serie, y también a Álvaro Haro, nuestro director de cásting, por darme la oportunidad de trabajar en este proyecto.

Al ser una serie de comedia, ¿crees que el público, más que nunca, quiere ver comedia?
Sí, creo que sí. Es cierto que no es una serie sólo cómica, pero creo que es una serie fácil de ver, muy entretenida, y perfecta para ese momento en que llegas de trabajar y quieres ver algo que te distraiga. Eso es muy importante. Yo, hace un par de años, era mucho de ver cine de autor, cosas muy profundas, proyectos que sabía que me iban a nutrir como actriz y como persona, y me he dado cuenta también de lo importante que es hacer entretenimiento puro y duro, productos de ficción que nos sirvan como evasión. Es muy necesario.
Haces un cambio de tercio con tu próximo proyecto, El cuco de cristal, para Netflix (estreno: 14 de noviembre). Háblanos un poquito de esta serie.
Por ahora puedo contar muy poquito, porque no nos dejan decir mucho, pero sí os puedo decir que es una adaptación de la novela de Javier Castillo, ambientada, esta vez, en España. Es la primera vez que hago thriller, y me ha encantado rodarlo. Además, hemos tenido mucho rodaje nocturno, y ha sido estupendo. Además, he podido trabajar con Laura Alvea, la directora de La chica de nieve, y ha sido un sueño, como directora, como mujer y como todo.
Tengo muchísimas ganas de verlo, porque además parte de la trama se desarrolla en torno a mi personaje, y tiene muy buena pinta. Como actriz, he hecho cosas que nunca había hecho en el audiovisual, así que estoy encantada.
Se están produciendo muchos y muy buenos thrillers en España. ¿Qué tiene este género que nos gusta tanto?
Creo que nos engancha mucho: ver qué va a pasar, elucubrar sobre lo que está pasando, ver si has acertado o no… además, es totalmente cierto que se están haciendo muy buenos thrillers. Además, nos conecta mucho con el miedo, y con otros aspectos del ser humano, con aspectos que no podemos vivir en la realidad, igual que en el género de fantasía. El thriller nos muestra otros mundos, y nos da esa libertad para imaginar.
¿Qué han aportado las plataformas al audiovisual?
Yo creo que, gracias a las plataformas, se ha dado muchísimo trabajo a equipos técnicos y también a intérpretes. Ha sido un antes y un después. Creo que nos permiten, también, como espectadores, adaptar lo que queremos ver a nuestros horarios y a nuestros gustos. Además, dan una segunda oportunidad a películas o series que, a lo mejor, en su momento han pasado desapercibidas, y sin embargo en la plataforma encuentra ese reconocimiento.
Como detalles en contra, diría que se está perdiendo un poco esa magia de ver series en abierto. Eso es muy bonito en el caso de La agencia, que todos los espectadores comparten esa experiencia a la vez, igual que en un cine. Hay algo de comunidad que me gusta, y que se está perdiendo.

También has dirigido teatro, la función Slitz Bai. Háblanos de esa experiencia.
Slitz Bai es una función de mi amigo y compañero Dani Jaén. Es actor, director, guionista… una persona brillante. En aquel momento, él llevaba un tiempo sin actuar, y le apetecía retomarlo, y se dio la casualidad de que yo en aquel momento estaba estudiando dirección. Yo siempre le decía que, si él quería, yo me encargaba de dirigirla. Además, él quería hacer la función con Alicia Miota, que es una actriz con la que ya habíamos trabajado, así que todo encajaba (risas). Dani me dio libertad absoluta, además, para dirigir, y eso fue esencial.
Slitz Bai es la despedida de una pareja, y juega también con el imaginario, pasan cosas un poco raras… es muy del estilo de Dani, y me encantó dirigirla. Yo, si tuviera dinero para producir mis propios proyectos, la volvería a hacer, sin dudarlo. Audiovisual también quiero dirigir, por supuesto. De hecho, tengo un proyecto en mente, que es un proyecto social, y que no voy a levantar hasta que no esté 100% segura y preparada, y cuente con los medios para hacerlo, porque quiero hacerlo bien y sin medias tintas.
¿En qué otros proyectos te veremos próximamente?
Acabo de terminar una serie, de la que todavía no puedo contar nada, pero ha sido un trabajo increíble, muy bonito. Yo hago un personaje muy especial, que además es una persona real, con lo que había ahí un respeto muy grande y muchas ganas de hacerlo muy bien. Será para Netflix Internacional, y he disfrutado muchísimo. Me ha dado mucha pena terminar el rodaje (risas).
¿Tienes algún objetivo como actriz, o algún personaje en concreto que te gustaría interpretar?
Muchos. Mira, el otro día vi la película Furia, que protagoniza Ángela Cervantes, y pensé en lo mucho que me encantaría hacer un personaje así. También me encantaría haber hecho Fleabag, o Hacks (risas), o algún personaje de la serie Girls. También una locura absoluta, como el personaje de Harley Quinn, por ejemplo, o la mujer que interpreta Margot Robbie en Babylon, también. Yéndome al otro extremo, una Bridget Jones, o algo como lo que hacía Sandra Bullock en Miss Agente Especial. Sería divertidísimo. O la protagonista de La peor persona del mundo, ese también me hubiera encantado. Me quedo con todos estos, cien por cien. Y, por supuesto, seguir trabajando. Eso es lo más importante.
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